Final del artículo de Daniel Rodríguez Herrera Soy negro y gay: pegadme, por favor, publicado en Libertad Digital en 2021-12-10:
La izquierda está consiguiendo que los epítetos que empleaban para expulsar a sus oponentes del debate público estén perdiendo fuerza a marchas agigantadas. Que te llamen facha es una medalla de honor, que llevamos con orgullo hasta los liberales, a quienes los fascistas de verdad odiaban. Si te llaman machista por estar contra la ley integral de violencia de género y cualquier ley que castigue de forma distinta dependiendo de tu sexo, eso significa que cualquiera que se rebele contra la injusticia es un machista. Cuando estar en contra de la inmigración ilegal te convierte en xenófobo, que te llamen xenófobo carece de importancia; es más, para muchos es un signo de que estamos en el lado correcto de la historia. Si dudar de Smollett te convierte en racista y homófobo, ¿cómo no querer que te dediquen esos amables adjetivos?
Al final, lo peor que se puede ser en esta vida es un feminista inclusivo, una persona de mucho progreso con principios y conciencia social. Es lo que son quienes aplauden el acoso de un crío de 5 años por pretender sus padres que se cumpla la ley y reciba un mísero 25% de sus clases en castellano. Prefiero mil veces ser facha. Y cada vez somos más.