Extracto del artículo «La Justicia profanada» de Alejo Vidal-Quadras, publicado en 2022-09-10 en Vozpópuli, en que hace una acertada descripción del régimen de poder denominado Estado de partidos, o partidocracia, como es el español desde 1978: sin separación de poderes en origen, mediante elecciones separadas, directas y no coincidentes a los poderes legislativo y ejecutivo; sin sistema electoral mayoritario uninominal, es decir sin diputados de distrito y por ello sin posibilidad de representación política… se explica la fagocitación que los partidos políticos hacen del Estado y este a su vez hace de la nación.
En pocos ámbitos como en el atropello inescrupuloso de la independencia del poder judicial se manifiesta con tanta crudeza el carácter corrosivo de la partitocracia, esa degeneración de la democracia liberal en la que los partidos políticos invaden las instituciones, colonizan la sociedad civil, porfían por controlar los medios de creación de opinión, se reparten impúdicamente el botín del presupuesto, disparan el gasto público para colocar a amigos, parientes y correligionarios y, en suma, supeditan los intereses superiores de la Nación en su conjunto a los suyos, parciales, mezquinos y voraces.